martes, 31 de marzo de 2020

Monotipo pictórico



El Monotipo es un procedimiento de impresión que consiste en elaborar una imagen sobre una placa lisa, no absorbente (vidrio, plástico, metal) que luego se imprime. Como su nombre lo determina (mono = uno) solo se realizará una estampa o impresión, dado que la matriz es efímera y se desgasta al estamparse.
Los procedimientos y materiales son variados, pueden partir de la pintura o el dibujo. En el primero predomina la mancha y el color, en el segundo las líneas y tramas.

En el caso de los monotipos pictóricos se trabaja pintando sobre la superficie de la matriz. Se puede combinar el método aditivo, agregando pintura,  con el sustractivo, o sea quitando material al raspar la pintura con pinceles y palillos para producir líneas y texturas.



Materiales:
Una placa de plástico liso, metal o vidrio.
Óleo o tinta gráfica.
Pinceles de distintas medidas y formatos. 
Aceite de lino.
Hisopos.
Trapos.
Papeles para estampar.



Procedimiento:
1- Se prepara un boceto teniendo en cuenta que al estampar la imagen resultará espejada en sentido derecha- izquierda, por lo tanto hay que considerar el equilibrio compositivo y la inversión de las palabras que pueden aparecer en la imagen. 




2- Se prepara el espacio de la mesa colocando papel de protección para no mancharla.
3- Si se usa vidrio o plástico transparente, se coloca el boceto debajo del mismo.
4- Los colores se preparan con unas gotitas de aceite de lino, la consistencia debe ser viscosa porque el soporte sobre el que se trabaja no es absorbente. 
Proceso aditivo:
Se pintará el diseño sobre la superficie de la placa, controlando la cantidad de pintura, para que no revienten los trazos al estampar luego. Es importante trabajar rápido para que no se seque la pintura sobre la placa. Si bien el óleo demora bastante en secar, es necesario que esté húmedo para poder transferirlo luego a la superficie del papel.



Proceso sustractivo:
Una vez lograda la imagen deseada, se pueden retirar algunas líneas usando un palillo, un hisopo o el cabito de un pincel. También se puede trapear para generar texturas. 



Impresión:
El papel debe ser siempre de mayor tamaño que la plancha. Deben quedar varios centímetros libres de papel alrededor de la imagen.
Se coloca una hoja sobre la matriz, centrandola bien. Se presiona sobre la hoja con la palma de las manos, con un rodillo o cuchara para lograr que la pintura se transfiera al papel. Es importante sostener fijo el papel para que no se mueva durante este proceso.

 Las impresiones tendrán una apariencia particular, diferente a lo que obtendríamos si pintáramos directamente sobre papel.

A veces, queda suficiente pintura para sacar una segunda impresión, llamada copia fantasma que queda estampada con poca carga.
 
Es importante realizar varias pruebas para ir determinando la cantida justa de pintura que deposita el pincel, las texturas que se pueden lograr y la presión necesaria para imprimir los detalles.
Además cada papel o cartulina que utilicemos dará un resultado diferente. Se puede experimentar con papeles lisos, rugosos, brillantes, de seda, de revista o de diarios, etc.


Limpieza: 
Después de estampar se limpia la plancha matriz con un chorrito de aceite de cocina, usando un trapo o papel absorbente, y luego se desengrasa con alcohol o se lava con agua tibia y detergente para volver a utilizarla. 

Si se desea repetir el mismo diseño, solo se volverá a agregar pintura sobre la placa. Aún repitiéndolo, cada estampa será única ya que al volver a pintar y estampar cada impresión tendrá algunas diferencias en cuanto a la carga de color, la pincelada, la absorción del papel, etc.


1 comentario:

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